Tu puedes elejír creer en lo que quieras, Querido.
Tus creencias no son como el color de tus ojos o el largo de tu dedo del pie.
No te son asignadas o elejidas por factores geneticos o alguna otra fuerza externa del universo, como un padre, un maestro o un libro
(aunque sabemos que a veces parece así).
Tus creencias son algo que tú escojes cada día.
Y si las tuyas no te hacen sentir fuerte y bien de ti mismo, por favor acuérdate que tienes el poder de cambiarlas cuando quieras.