Que haríamos sin desafíos? Ellos te empujan, te menean, te doblan y te tiran. Y cuando decides aceptar los desafíos, te motivan! Y ese proceso te presiona a un terreno desconocido, a generar nueva energía, a descubrir soluciones creativas, a conocer nueva gente y al mismo tiempo quizás desconectarte de otras. Generas una pasión y una valentía para lograr hacer algo que nunca hiciste antes, que te ayuda a encarar algo a lo cual le tenías miedo, para crear algo nuevo.
¿Conoces otra manera de motivarte? Es posible hacerlo. Nosotros sabemos que lo puedes lograr, pero….¿lo sabes tú? Si no hubiera ninguna necesidad urgente que amenazara tu confort, tu seguridad, tu orgullo, tu autoestima, ¿te presionarías a motivarte? Se decides que la respuesta es “si”, entonces no necesitarás desafíos para crecer. En vez, el amor, la curiosidad, la pasión, y el deseo de experienciar cambio serán tus motivadores. Ellos te ayudarán a reconocer y enfrentar tus temores diréctamente y te ayudarán a crecer, te mostrarán tus limites y te empujarán mas allá de ellos. Trata de ver a los desafíos como herramientas eficaces y no como estorbos. Si quieres asimilar los cambios con más facilidad y menos trastornos motívate, aún cuando los desafíos no esten presentes. Si le muéstras al universo que estas listo para aprender una manera diferente, el universo te responderá positivamente.
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