No hay de lo que tener miedo. Quisieramos que te abras completamente y que aceptes el concepto de vivir, de estar vivo, sin miedo. Puébalo y verás. Suelta el apretón que tienes en el mundo y en tí y confía… flota un poquito. Eso no es ser ni perezoso, ni irresponsable ni infantíl. Te lo prometemos.
Puedes interactuar con el río como tú quieras. Puedes caminar en él. Puedes correr en él. Puedes nadar largos en él o largarte y dejar que el río te lleva a donde vas. Ten miedo si quieres. Eso lo decidirás tú. Pero te queremos decir que el miedo no te servirá en la manera que crees. El miedo no reduce la marcha ni previene que las cosas ocurran. Solo limita tu abilidad de experienciar alegría, paz y satisfacción en cada momento.
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