No esperes a las respuestas correctas. No esperes a estar seguro. No esperes a que se presenten las indicaciones que te muestren el camino. No esperes a las circunstáncias que te obliguen a actuar. No esperes a que alguien este de acuerdo o que apruebe de tí, o a que te aliente a dar un paso, o a que hagas un cambio o a que te arriesges a seguir tu corazón. No esperes a recibir permiso para vivir tu vida. No desgastes tu tiempo esperando, Querido.

Ya ha pasado el momento de ser timido, incapaz, poco diigno, o algo menos de lo que heres. Es tu vida, Querido. Estás destinado a disfrutarla. No hay reglas que seguir. No hay respuestas correctas. Es imposible que te equivoques. Tú eres la única persona de la cual necesitas permiso para vivir la vida que quiers vivir.

Entonces,… ¿ya acabó la espera?